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mar de china meridional

Situación

En 2015, se registró una escalada de la disputa del mar de la China Meridional sobre dos archipiélagos conocidos internacionalmente como las islas Spratly y las islas Paracelso. La soberanía sobre el mar de la China Meridional y sus arrecifes es reclamada por seis países: China, Taiwán, Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi. EE.UU. también se ha involucrado en el conflicto, expresando su apoyo abierto a sus aliados Filipinas y Vietnam.

La importancia del territorio se explica en gran parte por el hecho de que por este mar pasa la mitad de la mercancía marítima global. Además, el territorio en disputa cuenta con gigantes reservas de petróleo y de gas que, según algunas estimaciones, alcanzan los 5.400 millones de barriles y los 55 billones de metros cúbicos, respectivamente.

Últimamente, China ha intensificado los trabajos de construcción en las islas, aumentando sus territorios con arena. De esta forma China ha creado cinco nuevas islas, cada una con sus aguas territoriales de más de 20 kilómetros y zonas de intereses económicos de más de 300 kilómetros alrededor. Pekín pretende construir puertos, pistas de aterrizaje y otras infraestructuras en las islas. No obstante, no solo China construye objetos estratégicos en los territorios en disputa: desde el 2011 Vietnam ha duplicado el territorio de la isla Sand Cay.

Asimismo, la situación entre China y EE.UU. se ha vuelto más tensa después de que el 27 de octubre de 2015 EE.UU. enviara el destructor USS Lassen a 22 kilómetros de las islas artificiales en disputa. Pekín calificó esa acción de “amenaza a la soberanía de China” y convocó al embajador estadounidense para que diera explicaciones. El 10 de diciembre, dos bombarderos estadounidenses B-52 penetraron en la zona de 22 kilómetros en torno al archipiélago Spratly. A finales de enero, China denunció que el destructor estadounidense USS Curtis Wilbur había ingresado de manera ilegal en sus aguas territoriales en las aguas pertenecientes al archipiélago Paracelso. Las autoridades chinas convocaron al embajador de EE.UU. por el paso de su destructor, subrayando que las acciones de EE.UU. dañaban “la paz y estabilidad regionales”.

En cuanto a las perspectivas para el futuro, un papel importante en el conflicto podría corresponder a Filipinas, cuyo gobierno en 2014 pidió a la ONU arbitrar la disputa de soberanía. En octubre de 2015, un comité de la ONU aceptó hacerlo. El resultado influirá en cómo los demandantes tratan los unos a los otros durante los próximos años incluso si no reconocen el procedimiento de arbitraje, advierte ‘Forbes‘.

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